Como cualquier padre que comparta la custodia de sus hijos estará de acuerdo, la coparentalidad implica un territorio que a menudo está lleno de zonas grises con respuestas relativamente poco claras. El impacto de la pandemia de COVID-19 no ha hecho sino exasperar esta realidad y ha proporcionado a los padres y a los profesionales del derecho de familia por igual un nuevo terreno por el que navegar.

A lo largo de la pandemia, una de las preguntas más frecuentes se ha centrado en si las órdenes de custodia deben o tienen que cumplirse ante esta emergencia mundial.

La respuesta es sí, lo mejor posible. Las órdenes ejecutivas de permanecer en casa emitidas por el Gobernador de Virginia eximían específicamente de viajar al cumplimiento de las órdenes de custodia; aunque no es una directiva, esto sin duda da crédito a la creencia de que los tribunales impondrán las órdenes de custodia preexistentes a pesar de la pandemia. Pero, ¿qué ocurre cuando uno de los padres tiene ideologías muy distintas sobre la mejor manera de gestionar los problemas de salud y seguridad que ha creado esta pandemia? ¿Qué ocurre cuando ambos progenitores se vuelven a casar y tienen familias mixtas por ambas partes, aumentando así la exposición potencial a través de dos hogares?

En un mundo perfecto, los padres podrían comunicar estas preocupaciones y trabajar juntos para crear un plan cohesivo que mantenga seguros a todos los hogares afectados. Un ejemplo sería crear juntos un plan sobre cosas como el cuidado de los niños, las salidas al supermercado, los viajes, las citas para jugar, el distanciamiento social, etc. Sin embargo, la realidad es que esa comunicación no siempre es una opción. En tales circunstancias y dependiendo de la gravedad del desacuerdo, un abogado puede ayudar a aconsejar si sería beneficioso buscar la intervención del tribunal a través de una moción para modificar temporalmente la custodia o suspender las visitas hasta que ambas partes puedan llegar a un acuerdo (o el tribunal emita una orden) sobre cómo mantener a todos a salvo.

Otra cuestión a la que se enfrentan ahora los padres en situación de custodia compartida es cómo afrontar el curso escolar 2020-2021. Casi todas las jurisdicciones locales han optado por el aprendizaje virtual para iniciar el curso escolar o han ofrecido a los padres la posibilidad de elegir entre aulas totalmente virtuales o una combinación de aulas presenciales y virtuales. Como consecuencia, los padres tendrán que colaborar para decidir no sólo qué vía de aprendizaje se adapta mejor a las necesidades de sus hijos, sino también para tomar las medidas necesarias para gestionar el aprendizaje virtual y mantener al mismo tiempo el empleo. En casos especialmente conflictivos o en los que los padres simplemente no se ponen de acuerdo sobre la mejor manera de actuar, puede ser útil solicitar la intervención de un tribunal o el nombramiento de un tutor ad litem para que ofrezca una opinión neutral de un tercero sobre lo que más conviene a los intereses de los hijos y proporcione una base común entre los padres ante una situación sin precedentes..

Independientemente de los problemas que se presenten como consecuencia de la pandemia del COVID-19, siempre es mejor mantener la mayor cantidad posible de comunicaciones por escrito en caso de que sea necesario comparecer ante un tribunal. El tribunal siempre tendrá en cuenta la razonabilidad y flexibilidad de ambos progenitores en su enfoque de la situación y de cada uno de ellos a la hora de decidir cuál es la mejor forma de dictar cualquier orden relativa a los hijos.

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